lunes, 12 de julio de 2010

that wasn't funny, it was just dark

wake up in the morning feeling like P. Diddy (8). y me levanto y es un bajón porque manu se va de la resi, y porque estuve teniendo una semana difícil y porque es domingo. y me encantan los domingos, pero que sea domingo implica que pronto será lunes. y odio los lunes. después de comer un choripán con papas fritas me siento mejor, con sueño, con ganas de nada y de un poco menos. así que me tiro en la cama a hacer absolutamente nada, y a pensar en absolutamente todo. pero bueno, en algún momento manu se va, aunque no me acuerdo bien a qué hora era. yo me fui al ciber enseguida, pero estaba cerrado. me dieron ganas de ir a comprar una pizza así que fui. pero estaba cerrado.

volví a casa, despacio. mirando para atrás cada tanto. toqué el piano un rato, caminé sin sentido porque no quería caminar. me dieron ganas de ir al ciber, así que fui.

pero estaba cerrado. entonces quise ir a comprar una pizza, y fui. y estaba cerrado. volví a casa caminando muy despacio y retorciendo la bufanda. miraba hacia atrás cada tanto.

(en ese momento de la caminata pensé que iba a ir a amerika a la noche, a ver si pasaba sin dni. también que iba a tomar unas cervezas y que iba a zorrear. que iba a conocer a un pedro, a un diego y a un federico. que no iban a dar el video de telephone y que iba a comprar un sólo tostado en McDonald's al salir (aunque sabía que compraría tres). que iba a volver caminando de amerika contento porque la noche no fue nada del otro mundo pero fue algo que me hizo sentir parte del mundo. porque extrañaba el sentirme un poquito observado. el miedo al acercamiento me hizo dar cuenta que me había desacostumbrado).

terminé de pensar eso y llegué a casa, y nada había pasado porque todavía eran las 7 y pico de la tarde y todo estaba cerrado. seguí tocando el piano, escribí en mi agenda. leí agendas viejas y me reí leyendo la carta de pablo. esa carta. me desconocí, y me sentí tan mayor comparado con el que escribía letras deprimentes en una agenda diminuta. el que se enamoraba de pendejos bien hipócritas e histéricos en bahía blanca. y ya no. a marcos nunca lo amé por siempre como creí, ni a dan ni a guido ni a rami ni a nadie. ni a juampa, ni a nano, ni a eli. son palabras que marcan un sentimiento que nació y que murió. son como los pétalos de una rosa muerta, que apenas alcanzan a describir la belleza que una vez encerraron.

me dieron ganas de ir al ciber. estaba abierto. me senté en la compu y no me dieron ganas de nada, no quería estar ahí.

quise comprar pizza y estaba abierto. fue de muzzarella, la más barata. la comí en casa sin ganas, sólo quería dormir.

y a las 11 me acosté para ir descansado a amerika. y dormí muy bien, y desperté una hora más tarde. no tenía ganas de salir, de enfrentar el aire glacial que inundaba capital federal. pero desde cuándo tuve sentido en esas cosas? me fui. caminé por avenida córdoba cantando que el mundo estaba vacío y que estaban todos muertos, pero tal vez uno a veces se siente medio muerto y lo proyecta en los demás. o algo por el estilo.

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