martes, 18 de octubre de 2011

foreshadow

Llegué a Capital como a las once y algo de la noche. Ya venía medio alterado porque no sabía bien cuál era el plan de la noche, pero todo se mantuvo de acuerdo a lo que tenía en mente. Comimos brócoli con mayonesa, fumamos tranca y tomamos fernet. De ahí nos fuimos a la Oliver.. .. no recuerdo cómo fuimos. Ah sí, en taxi.

La Oliver fue genial, me gustó el lugar nuevo, me gustó el escenario, me gustó la música y no me gustó excesivamente la gente. O sea, ge-nial. Tomamos cerveza, sacamos muchas fotos, jodimos, jodimos. Jodimos bastante. Después caminábamos por Florida sacando fotos, charlando, queriendo ir a desayunar al Mc. Fuimos. Volví a pedir tres bagels de lomito y huevo, como si nunca me hubiese ido, como si todavía estuviese acostumbrado a comer así. Me comí dos y medio. Fui al baño a mear, y había chicos yirando. El del migintorio de al lado se tocaba, tranquilísimo. Otro miraba desde lejos como tigre acechando a un pobre venadito. Me hizo acordar muchas cosas, muchas plops.. por eso me fui, me lavé las manos y me fui.

Volvimos en subte, Flavia vomitó en un tacho de basura al lado del andén.. los pedacitos de brócoli adornaban su saco verde, así que combinaba bien. Fuimos como viejas del brazo hasta su depto y nos dormimos enseguida con Noah en el medio. Después me desperté, como cinco o seis horas más tarde, y fui al departamento donde se estaban quedando mis viejos. Dejé mis cosas y dormí una siesta, mientras esperaba que Leo me mensajeara para vernos (por fin). Soñé con boludeces que no me acuerdo, y por fin recibí mensajes. De Leo, diciendo que estaba yendo para Capital, y de Toto, para arreglar la juntada de tacos de la noche.

Caminé por Avenida Corrientes con mis viejos, ellos iban a comprar entradas para alguna obra. Yo seguí caminando por Corrientes, pasando frente al Obelisco.. había gente en una manifestación, gente disfrazada de manos gigantes, gente mostrando la cola a la multitud, gente con sombreros llenos de cositas brillantes. Qué pasaba? Capaz que me intentaban decir algo, pero no entendí bien.

Llegué bien al punto de encuentro, lo encontré a Leo. Lo conocí, por fin. Caminamos mientras yo, por dentro, me reía.. porque estuve a punto de vestirme igual a como él se vistió, con una remera amarilla y un pantalón largo color caqui. Hubiese sido gracioso. Capaz que hasta lo interpretaba como una señal y no se cagaba la cosa. En fin.. fui sacándole fotos a un edificio que me parecía hermoso, mientras él me decía "turista". Igual creo que veía lo hermoso que era el edificio, que entendía a qué me refería cuando le decía que "quería atrapar esa imagen en una foto" (o algo así). Las nubes como intentando tocarse a sí mismas, el edificio disparándose al medio del cielo como si no le importara nada.

Seguimos caminando, comentando estúpidamente que el día estaba hermoso. Así llegamos a Plaza San Martín, una de las que más me gustan.. y estaba lleno de gente, y flotaba en el aire algo como algodón desarmado. Quise sentarme cerca de unos chicos que tocaban el violín al aire libre, pero Leo dijo que no. Y yo dije que bueno, pero en realidad necesitaba el sonido flotando alrededor, como diciéndome que todo iba a estar bien. Nos sentamos donde no había mucha gente, donde no pegaba mucho el sol, donde el viento despeinaba y molestaba. Hablamos de tirarse de un edificio, de ratas, de palomas, de la gente que pasaba, de oficinistas que eran mafiosos. Yo sacaba algunas fotos, y afilaba la punta de una rama (que él supuestamente guardó como souvenir). En realidad necesitaba mantenerme ocupado, porque estaba muy nervioso y no sabía bien lo que hacía. Capaz no estoy listo para la vida real. Él plantaba bosques alrededor mío, y al final me terminé perdiendo en ellos. Se fue a la hora de haber aparecido, con una excusa tan pobre que no me molesté en escucharla con atención. Yo sabía que había hecho algo mal, pero no sabía qué, y eso me molestaba.

Lo acompañé hasta la entrada del subte, buscando el valor para decirle que quería verlo al día siguiente, que no quería ir a ver El Rey León solo. No pude. Dijo que sí, que a la marcha iba a ir, pero lo dijo de una manera que me hizo entender que ya no iba a ir conmigo. Fui suficientemente inteligente como para aceptar las cosas como son, lo saludé y se fue. Y cuando me di vuelta, luego de haber hecho unos pasos en la dirección opuesta, para verlo irse algo en mí me decía que yo le había chocado y que no lo iba a volver a ver pronto. Una voz nueva gritó en algún lado de mi cuerpo que eso no era mi culpa.

A la noche nos juntamos con otra gente del laburo a comer tacos, en lo de Toto. Se sintió bien, se sintió como esos Lunes al mediodía comiendo como cerdos. Hicimos las compras con Flavia y nos reímos mientras intentábamos decidir si llevar un kilo o dos de suprema de pollo. Y con el famoso "tarjeteo". Después nos fuimos del súper con las bolsas que nos pesaban demasiado. Me olvidé la mochila en el locker del 'Disco' así que tuve que volver corriendo. Llegamos a paso lenteja a lo de Toto, cantando Boulevard of Broken Dreams, de Green Day. Los chicos no habían llegado, aunque dijeron que salían de trabajar a las diez y eran las diez y media pasadas. Llegaron tipo once menos diez, justo cuando a Flavia le atacó el hambre y salió a buscar un kiosco donde llenarse la panza de Doritos.

Mientras los responsables cocinaban, con Dani jugábamos carreritas en la PS3. Fue copado, hacía mucho que no jugaba, menos con amigos y menos riéndome tanto. Los tacos estaban deliciosos, como siempre.. lo necesitaba con desesperación. Luego vimos el final de Actividad Paranormal 2, y nos asustamos un poco. Y luego vimos Grave Encounters y nos asustamos MUCHO. Estuvo bueno, nos reímos de muchas cosas mientras nos tapábamos como podíamos para no ver la pantalla. Para cuando terminó la peli y terminamos de joder se habían hecho como las 6 AM, y afuera estaba aclarándose el cielo. Nos volvimos caminando con Fla y Gise hasta Avenida Santa Fé, para tomarnos los colectivos (cada uno para su lado).

El Domingo me levanté tarde, como a las 3 PM. Mis viejos se habían ido, y yo me quedé descansando. Me acomodé, me duché, decidí qué iba a hacer ese día. Al final terminé yendo al Alto Palermo (no sin antes esperar que alguien apareciera en la puerta del edificio para abrirme porque mis viejos se habían llevado la única llave) para comer en McDonald's y luego ir al cine. Fui a ver El Rey León 3D. Solo. No me molestó, porque siempre hacía eso los Domingos. Había gente buena onda en la sala, gente que se notaba que miraba la película con nostalgia detrás de los anteojos. Lloré cuando murió Mufasa (pero creo que aproveché para llorar por otras cosas). Amé de manera rara la parte en que Rafiki habla por primera vez con el Simba ya crecido.

Salí del cine y me volví al depto, para quedarme un rato boludeando mientras mis viejos cenaban. Luego me fui a lo de Manu, a eso de las once, para charlar y tomar algo. Terminamos riéndonos de boludeces, poniéndonos al día y viendo videos del tour de Britney. Y saliendo a Km Zero a rockanrollear. Tres Frizze tomamos, y estuvo muy rico. Y cervezas, y bailamos un montón, y había gente linda que no se dio vuelta a mirarme, y no me importó.

Luego fuimos a Zoom, riéndonos de nuestras viejas rutinas y de esta manera de caer fácilmente en la joda. Extrañaba salir así. Tomamos unas cervezas y luego nos fuimos. Caminé sin mirar a la gente, queriendo estar ya en el auto durmiendo, despertándome en Bahía pero sabiéndome en Capital (de alguna manera). Me quedó un sabor tan raro, como si me hubiese equivocado de condimento pero el plato no hubiese quedado del todo mal. Fue una probada de lo que se viene, de lo que dejé y de lo que me dejó. Ahora no sé si vuelvo a Capital tanto como Capital vuelve a mí.

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