lunes, 1 de diciembre de 2008

Afterparty

9 y media de la mañana.
Abro lentamente los ojos y miro a mi alrededor.
No reconocí la habitación donde me encontraba.
Vi pies cerca de mi cabeza y sentí una mano en mi hombro.
Sentí un cuerpo que se movía a mis espaldas, acostado detrás de mí.
Y sentí otro cuerpo que se movía detrás de aquél.
4 personas durmiendo en una camita de media plaza.

La pierna suplicaba piedad porque estaba por estallar.
Uno de los chicos se había dormido cerca de mis pies.
Apoyaba un brazo en mis piernas y por eso me dolía tanto.
Me levanté y sacudí a Dani que estaba atrás mío.
Se despertó y me preguntó la hora. Se la dije y se terminó de despertar.
Cuando intentó levantarse pegó un gritito porque la cintura no le respondía.

A los quince minutos se terminó de levantar de la cama
(no sin mi ayuda, claro).
Fuimos a la cocina, sintiéndonos zombies, con aliento a alcohol
y con los ojos pegados y el pelo alborotado.
Salimos al balcón y el sol nos hizo mal a los ojos.
Ya había gente haciendo las compras, tendiendo la ropa..
Y entonces Dani me miró y me dijo:

Che, ¿lindo día hace no?

Juro que las risas duraron al menos media hora.

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